“Correntinazo del 69”
Por Juan González
Secretario General CTA Corrientes
Hace cincuenta años, en el inicio de la Dictadura del Gral. Ongania, las universidades nacionales fueron intervenidas y ocupadas militarmente. Hecho que conocemos como la “noche de los bastones largos”. Cientos de profesores, alumnos y no docentes que en las facultades de Buenos Aires defendían la autonomía universitaria , fueron salvajemente golpeados por miembros de la Guardia de Infantería de la Policía Federal. La decisión de Onganía, previa intervención de las universidades tenía por objetivo la “depuración” académica, la expulsión de las facultades a los profesores opositores, sin importar su evaluación académica. La consecuencia de esta noche negra para la cultura nacional fue el despido y la renuncia de 700 de reconocidos profesores de las universidades argentinas, quienes continuaron sus brillantes tareas en el exterior.
Hoy más que nunca debemos recordar el significado político de aquella violencia institucional contra la comunidad educativa universitaria, reivindicando la lucha histórica docente estudiantil, unificada con el movimiento de trabajadores. Desde aquella Reforma Universitaria de 1918, que definió un proceso de democratización en las Universidades, tanto en el desarrollo docente como en la participación estudiantil en el gobierno universitario. Proceso, surgido en la presidencia de Irigoyen, que buscaba garantizar el acceso de los sectores medios a la educación universitaria. Construcción política que logra en 1949 establecer la gratuidad de los estudios universitarios mediante la supresión de todos los aranceles.
La violencia contra la libertad de pensamiento y el derecho a una educación gratuita para todos, se expresa en el ahogo financiero y el vaciamiento institucional para ponerlo nuevamente al servicio de las élites pudientes de las sociedades. Con estos objetivos la intervención de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) dispuso la disolución de los centros de estudiantes. Y a comienzos de 1969 la Federación Universitaria del Nordeste (FUNE), perteneciente a la FUA, unificando a todas las agrupaciones estudiantiles declaró la huelga universitaria para reclamar contra el cierre delcomedor universitario.
El comedor universitario en Corrientes era el espacio ineludible de construcción democrática del estudiantado. Cientos de estudiantes de todas las facultades realizaban las Asambleas generales. Por ello, el objetivo de cierre y privatización del comedor era claramente la destrucción del “antro democrático”, donde los debates generaban consciencia y militancia política, resistiendo contra el orden impuesto.
En poco tiempo la lucha estudiantil contó con el apoyo de los trabajadores nucleados en la CGT de los argentinos, de docentes, estudiantes secundarios y de los curas tercermundistas. Se vivió intensamente este movimiento, al igual que en el “mayo francés del 68”, el apoyo de la población ante la unidad estudiantil obrera.
Pero, el día 15 de mayo de 1969 la marcha convocada por la FUNE, terminó con una violenta represión. Después del mediodía, una parte de la manifestación reagrupada en la Plaza Cabral fue atacada por policías que bajaron de su vehículo abriendo fuego directo contra ellos, dando muerte a Juan José Cabral y varios resultaron heridos.
A pesar de decretarse el “toque de queda”, el pueblo acompaño a estudiantes, docentes, trabajadores y los curas, en una marcha de silencio que significó un tremendo grito popular exigiendo Justicia y de reafirmación de la continuidad de la lucha.
Al “Correntinazo” le siguió los movimientos obrero-estudiantiles del Rosariazo, culminando con el Cordobazo del 29 de mayo de ese año. Estos movimientos provocaron el debilitamiento del gobierno forzando el reemplazo del Gral. Onganía. Esta lucha estudiantil logró que no se privatice el comedor de la UNNE y en 1971, se consiguió derogar el ingreso eliminatorio en la facultad de Medicina.
Se logró, lo que parecía imposible, defender los derechos logrados en las luchas por una universidad democrática y la caída del hombre fuerte de la Dictadura.
El mejor homenaje a aquella gesta popular, donde nuestro compañero Juan José Cabral fue asesinado, es llevarlo como bandera en nuestra lucha actual, convencidos que la unidad nos llevará nuevamente a la victoria.